La acreditación es un mecanismo de doble vía, por un lado, existe un cuerpo de expertos que certifica que la institución evaluada cumple con los requisitos mínimos que la academia exige para otorgar un grado académico en el campo de la teología y por el otro, existe una institución de educación teológica que se somete a un proceso de escrutinio a través de una autoevaluación y una interpelación donde se determina si esta cumple o no con los requisitos para ser acreditada.

El ser una institución teológica acreditada trae muchos beneficios, entre los que podemos enumerar los siguientes: credibilidad en los grados académicos que otorga, que sus graduados sean aceptados en instituciones de reputación, tener una organización especializada y de prestigio avalando el proceso educativo de la institución acreditada, entre otras.

La filosofía de CONSELA es que las reglas de acreditación deben ser contextuales y apegarse a la realidad de la sociedad a la que se sirve, sin sacrificar los principios pétreos de la academia. Si bien es cierto existe una normativa aprobada, esta debe ser orientativa más que un conjunto de normas inflexibles que imposibilite la formación de ministros religiosos. La acreditación no debe ser un negocio o un medio para sostener burocracia que lleva a las instituciones a procesos interminables y costosos que marginan a los más débiles. CONSELA ha creado un mecanismo de acreditación sencillo, funcional y asequible económicamente para que las instituciones serias que desean hacer educación de calidad puedan tener el respaldo de una corporación como la nuestra.